En la época fotográfica que vivimos todo está fotografiado, etiquetado y geolocalizado, con sus reglas, tópicos y modas… pero con algo de práctica nuestra visión puede superar toda realidad.
Cuando pensamos en fotografiar una localización comienza nuestro entusiasmo creativo… bien, vamos a por ello… vamos a fotografiar la Torre de Hércules…
Conforme deshojamos nuestra margarita creativa vamos cayendo en la cuenta de la complejidad del tema… la Torre de Hércules… pues anda que no estará fotografiado ya el Faro en cuestión, desde todos sus ángulos y perspectivas…del amanecer al anochecer, en días soleados y en lluviosos… ¿como conseguir una imagen diferente, llamativa, de un lugar por el que desfilan miles de personas con cámaras?
A veces solo hace falta tener un poco de imaginación para visualizar y conseguir enlazar un lugar con su momento idóneo, para lograr esa imagen diferente. Si bien es cierto, que ese momento a veces requiera de mucha espera, días, semanas o meses, siempre podemos echar mano a más recursos y usarlos a nuestra conveniencia.
Así hicimos con la siguiente fotografía, buscando entre todas las opciones a nuestro alcanze, mirando, observando e imaginando la escena, hasta que tras el paso de las horas, se convirtió en realidad.
Por eso aceptad un consejo, nunca busqueis grandes paisajes, sino la luz que los ilumina de una forma excepcional.